16 de mayo de 2011

CREDO DE LOS INMIGRANTES


Creo en Dios Todopoderoso, quien guió a su pueblo en en exhilio y en éxodo, el Dios de José en Egipto y de Daniel en Babilonia, el Dios de los extranjeros e inmigrantes.
 
Creo en Jesús Cristo un desplazado de Galilea, quien nació lejos de su gente de su casa, quien tuvo que huir del país con sus padres cuando su vida estuvo en peligro, y quien  al volver a su propio país tuvo que sufrir la oppresión del tirano Poncio Pilato, el sirviente de un potencia extranjera. Fue perseguido, golpeado, torturado y finalmente acusado y condenado a muerte injustamente. Pero que en el tercer día, este Jesús rechazado resucitó de la muerte, no como un extranjero sino para ofrecernos la ciudadanía celestial.
 
Creo en el Espíritu Santo, el inmigrante eterno del Reino de Dios entre nosotros/as, quien habla todos los idiomas, vive en todos los países y une a todas la razas.
 
Creo que la Iglesia es el hogar seguro para todos los extranjeros y creyentes que la constituyen, que habla el mismo idioma y tiene el mismo propósito.
 
Creo que la comunión de los santos comienza cuando aceptamos la diversidad de los/as santos/as.
 
Creo en el perdón, el cuál nos hace iguales y en la reconciliación, que nos identifica más que una raza, lenguaje o nacionalidad.
 
Creo que en la resurrección, Dios nos une como un pueblo en el cual todos somos distintos e iguales al mismo tiempo.
 
Creo en la vida eterna más allá de este mundo, donde ninguno sera inmigrante sino que todos seremos ciudadanos/as del Reino de Dios que no tiene fin. Amen.
 
Jose Luis Casal, Misionero General
Presbiterio Tres Rios, Iglesia Presbiteriana (U.S.A.)
Equipo de Ministerio Latino, Presbiterio de Palisades

Carta Abierta a Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.


Carta Abierta de Aldo Etchegoyen a Barack Obama.
Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Dr. Barack Obama
 
Señor Presidente:
Luego del operativo militar sucedido en Pakistán, del cual Usted participó personalmente en su planificación y que culminó en la desaparición forzada, muerte y hundimiento en el mar de Osama bin Laden me surgen algunas preguntas.
 
¿Donde aprendió semejante metodología al servicio de la muerte?
 
¿En la Escuela Dominical de su iglesia donde recibió las primeras enseñanzas del Evangelio de la paz?
¿En la escuela pública o privada donde aprendió a leer y escribir? ¿Quizás en la Universidad donde fue graduado o en la cultura estadounidense donde Usted se desarrolló como persona? ¿Posiblemente en su partido político mediante el cual llegó a la Presidencia de ese poderoso país?
 
No creo que por esos caminos haya llegado a pensar y actuar tan violentamente violando toda ley y derecho nacional e internacional. 
Estuve en su país donde encontré gente buena, regular y mala como en cualquier otro país del mundo.
Sé también que  "aplaudidores" de la muerte se han asociado con Usted,  también  que otros han deplorado lo sucedido pero prefieren mantener un status de silencio cómplice, por las dudas ¿sabe? … mejor no ser mal interpretados.
 
Vuelvo a la pregunta ¿donde aprendió semejante manera de pensar y actuar en consecuencia?
 
¿Sabe una cosa?  Nosotros en Argentina  conocimos esa metodología de operar por parte de quienes  Ustedes llaman "tropas de elite", en nuestro caso fueron grupos de tareas que robaban personas y bienes de miles y miles de familias.
No le cuento lo que hacían con esas personas para no poner tristeza en la celebración y alegría que Usted y su equipo tienen por el  éxito logrado.  Estos grupos de tareas también robaban, ¿quizá hayan hecho lo mismo los integrantes de su " tropa de elite" que irrumpió como ladrón en la noche en la residencia de  bin Laden?  Por supuesto!!  no con mala intención sino para llevar algún recuerdito del lugar.
Le cuento que a nosotros nos sucedió lo mismo  pero, con una abismal diferencia, nadie, absolutamente nadie tomó venganza por lo sucedido, y el número de desaparecidos se estima en 30000 personas.
Creemos que la muerte no mata a la muerte sino mas bien la favorece y  la hace renacer pero con otro nombre: ¡Venganza !
 
Nosotros sabemos donde se educaron quienes dirigieron y participaron en esos grupos de tareas, fue en la Escuela de las Américas institución "educativa" programada por su país pero, por entonces,  en Panamá, fuera de las fronteras de Estados Unidos, quizás,  para no contaminar su territorio, como exactamente sucede hoy con el centro de prisión y torturas instalado en vuestra base militar en Guantánamo - Cuba. 
 
Pero...se me ocurre otra pregunta ¿no habrá Usted estudiado en esa misma Escuela Educativa?.. Perdón,  no quiero ser irrespetuoso, es solamente una sospecha seguramente infundada. 
Finalizo con las palabras de alguien que tenía el mismo color de su piel, compatriota suyo que en el pasado decía:
 "Hago el duelo por la pérdida de miles de preciosas vidas,
pero  no me regocijo por la muerte de una, ni siquiera la de un enemigo.
 
Devolver odio por odio, multiplica el odio, 
es  agregar mayor oscuridad a una noche ya desprovista de estrellas.
 
La oscuridad no puede eliminar la oscuridad: sólo la luz puede hacerlo.
El odio no puede eliminar el odio: sólo el amor puede hacerlo" 
 
Se llamaba Martin Luther King.
Le saludo con todo mi respeto./ Aldo M. Etchegoyen. Co-Presidente de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos). Buenos Aires - Mayo 2011.+ (PE) 
 
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4 de mayo de 2011

Is It Moral to Celebrate a Person’s Death? Jim Wallis

Pumping our fists in victory or celebrating in the streets is probably not the best Christian response to anyone’s death, even the death of a dangerous and violent enemy. The world can be relieved that a leader as evil as Bin Laden can no longer plot the death of innocents. We can be grateful that his cynical manipulation and distortion of Islam into a message of division and hate is finally ended. Even if we sharply dissented from the moral logic or wisdom of the failed wars in Iraq and Afghanistan of the last decade, we can be glad that a mass murderer has been stopped and brought to justice. And we can be hopeful that the face of the Arab world might now become the young nonviolent activists for democracy rather than a self-righteous smirk of a self-promoting video character who tells us he is going to kill our children if we don’t submit to his hateful agenda.

But the book of Proverbs clearly warns us to “not rejoice when your enemies fall.” And, in the hardest words of the gospel, Jesus tells us to “love your enemies and pray for those who persecute you.” Neither of those texts have been very popular pulpit texts during the years since 9/11. So as people of faith, we don’t celebrate the death of other human beings, regardless of how twisted or evil they have become.

The chants of “USA, USA, USA” are also not the best mantra for believers who should know that they are meant to be Christians first and Americans second. We Christians have too often valued the innocent lives of Americans who have been lost to war more than the innocents who were in the way of our wars in response to the attacks against us. Christians are simply not allowed to so selectively value human life.

The violence of terrorism, the violence of war, and even the violent reprisal against Osama bin Laden on Sunday should all push us to deeper reflection, and even repentance, for how we have allowed the seeds of such destruction to take root and grow in our hearts and in our world. Neither does this successful action vindicate all the other violence we have committed in the name of our “War on Terror.” If anything Sunday’s success showed the effectiveness of good intelligence and “policing activities” more than the endless wars of occupation, as some have pointed out.

More innocent civilians have become the “collateral damage” of our wars, than from the direct assault on civilians undertaken by Osama bin Laden and his al Qaeda assassins on September 11. This fact, by the standards of Just War Theory, which is at least given lip service in most churches, is a grave moral failing. Violence is always more a sign of our failures than our successes and is not easily exorcized from the world by the killing of one man, no matter how dangerous or symbolic he may be.

As long as Osama bin Laden remained at large and able to launch his hateful rhetoric, we seemed stuck in failed wars as our best response to terrorism. But perhaps with Bin Laden now gone and rendered irrelevant, we can turn the page on the 10-year trauma of 9/11 and find better ways to settle our conflicts, defend ourselves, and undermine the threats against peace. I believe one of our most hopeful ways forward is to now unite across religious lines and learn again together “the things that make for peace.”


 


by Jim Wallis 05-04-2011
Jim Wallis is the author of Rediscovering Values: A Guide for Economic and Moral Recovery, and CEO of Sojourners. He blogs at www.godspolitics.com. Follow Jim on Twitter @JimWallis.
This post was written in response to a question posed by The Washington Post’s On Faith blog editors: Is it moral to celebrate a person’s death, even if he is guilty of heinous crimes?

Did Osama bin Laden Go to Hell? JLee Grady

Some people cheered when the world’s most hated terrorist was killed. But I don’t think God was happy about his death.
Like many other Americans who stayed up late to hear the news about Osama bin Laden on Sunday night, I had one eye on my television and the other on my laptop. I was waiting for President Obama to make his statement about the demise of the world’s most infamous terrorist, but the White House was moving as slow as Vermont syrup in December. When Obama finally stood in front of his teleprompter, many of us had already finished the story—by tweeting, texting and posting entries on Facebook.
These days we don’t just sit and watch TV. We are involved in the story, and sometimes we know the news before Wolf Blitzer does. Empowered by our lighting-fast digital media, we are the commentators now. Yet as I read some of the verbal shots fired into the Twitterverse by this new army of armchair journalists (“May Osama rot in hell!” for example, or “I’m glad he’s fish food now”), I had to ask myself: Is it right for Christians to rejoice over the death of a criminal—even one who masterminded a plot so evil as the 9/11 attacks?
There are certainly some Old Testament passages that seem to give us permission to gloat when a terrorist is served justice. Consider Proverbs 11:10: “When it goes well with the righteous, the city rejoices; and when the wicked perish, there is joyful shouting (NASB).”
But the heart of the matter is found in Ezekiel 18:23, in which God asks a rhetorical question: “Do I have any pleasure in the death of the wicked?” He answers in verse 32: “For I have no pleasure in the death of anyone who dies …Therefore, repent and live.”
This verse gives us deep insight into the heart of a God who is both merciful and holy, both loving and just, both kind and severe. It tells us that although God’s kingdom has a moral order—and He does indeed hand out severe consequences for sinners—He does not enjoy seeing any human being sentenced to eternal death.
It is ironic that while a majority of Americans believe Osama bin Laden deserves to spend eternity in hell (and many are willing to say they’re happy about it), a large segment of Christians aren’t sure if they even believe hell is a real place, or if God actually sends anyone there to stay.
Michigan pastor Rob Bell, author of the controversial new book Love Wins, has been labeled a heretic by some conservative evangelical leaders because he suggests—in vague and sometimes confusing terms—that a loving God offers ultimate reconciliation to everyone. Bell’s theology feels awfully similar to universalism—the idea that everyone gets into heaven regardless of how they lived or how they responded to the claims of Christ.
I’ve kept my mouth shut about Bell’s book because I’m still reading it. But Osama bin Laden’s death has caused me to examine my own beliefs and attitudes about eternal punishment. What really happens to people when they die—especially those who have never heard the gospel? As pundits debate on whether we should have buried bin Laden at sea, or if we should release the photos of his corpse, I offer three points to ponder:
1. People who don’t know the forgiveness of Christ will be judged by God’s law. I don’t know if Osama bin Laden ever heard the gospel or if he consciously rejected Christ. (There are Christians scattered all over the Middle East—and it is probable that someone presented the gospel to bin Laden and the rest of his al-Qaida henchmen.) Paul wrote that Gentiles who sin “apart from the law” (ignorant of God’s truth) will be judged by what they know instinctively—because all human beings have a sense of morality written in their hearts (see Rom. 2:12-16). Although bin Laden was most assuredly deceived, he knew it was wrong to murder innocent people.
2. We don’t get off the hook after death. Universalists believe everyone gets a “come to Jesus moment” after they die. But this idea contradicts Hebrews 9:27, which says it is “appointed for men to die once and after this comes judgment.” Death is horribly final. The choices we make in this life do matter. This is why Jesus preached more about hell than anyone in the New Testament. And it is why Peter, in the very first sermon preached after Pentecost, declared: “Repent” (Acts 2:38). To suggest that adherents of other religions get a special pass to heaven, or that sinners get a second chance in pergatory, is to make a mockery of Paul, Peter, Jude, John and all other New Testament writers who plead for genuine repentance and warn of final judgment.
3. The only way to avoid hell is to believe in the Son of God. The gospel is “good news” because God offers all of us—no matter what sins we have committed—amnesty from judgment through faith in Jesus. Hell is real, but we don’t have to go there. The concept of hell is actually imbedded in the most famous passage in the Bible, John 3:16: “For God so loved the world, that He gave His only begotten Son, that whoever believes in Him shall not perish, but have eternal life” (emphasis added). The focus here is on the amazing love and mercy of God—which is free and unmerited. But you cannot ignore the reality that those who reject the Son will perish.
Bin Laden’s death was a victory for the free world and a signal that justice prevails. But it was also a sobering reminder that those who don’t know Christ will spend eternity without Him.

Wednesday, 04 May 2011 11:44 AM EDT J. Lee Grady
J. Lee Grady is contributing editor of Charisma. You can follow him on Twitter at leegrady. His newest book is 10 Lies Men Believe (Charisma House)
Read more: http://www.charismamag.com/index.php/fire-in-my-bones/30896-did-osama-bin-laden-go-to-hell#readmore#ixzz1LPRJaI9B

24 de marzo de 2011

Cuando de poder se trata, no hay amor ni matrimonio que aguante


Revuelo social tras anuncio de divorcio que faculta a primera dama como candidata presidencial

Mientras que la pareja presidencial y el partido oficialista lo presentan como un gran sacrificio de amor por seguir con los programas sociales iniciados en el actual Gobierno, la oposición ve el divorcio y la candidatura de la primera dama a la presidencia, como una burla. Mayra Rodríguez


Ciudad de Guatemala, jueves, 24 de marzo de 2011

La noticia, hecha pública esta semana aquí, es catalogada e burla al espíritu constitucional por parte de la oposición a la actual administración del país, cuando dicha aspiración se hizo pública el pasado 11 de marzo con la apertura del expediente 1058-2011-324, asignado a la juez Mildred Roca Barillas en el organismo judicial.

Tras ratificar la solicitud del divorcio ayer en el Juzgado Segundo de Familia, este ente suspendió el vínculo matrimonial entre Sandra Torres, primera dama de la nación y Álvaro Colom, presidente de la República, y fijó el 1ro de abril como plazo para que la juez a cago resuelva, definitivamente. 
El anuncio de divorcio ha desatado los más variados comentarios y pasiones entre la población guatemalteca que, en su mayoría, rechaza esta acción por creer que se trata de una medida soez para permanecer en el poder, buscando sortear la prohibición constitucional que impide optar a la presidencia a parientes del presidente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, según el artículo 186 de la Constitución Política. 
En un mensaje difundido desde ayer por la primera dama, explica que el amor entre ella y el presidente es más sólido que nunca, pero que tomó la difícil decisión de divorciarse debido a los innumerables ataques hacia su persona, afectando su dignidad como mujer y madre de familia, y para acabar con la falta de argumentos de quienes se oponen a su proyecto político y que pretendían que su trabajo se limitara a mera figura decorativa dentro del gobierno actual. 
El Tribunal Supremo Electoral estableció que con este divorcio, la precandidata oficial no tendría ningún impedimento para participar en la contienda electoral de septiembre próximo, pero que esto se concretará cuando la inscripción de la separación legal se haga en el Registro Nacional de las Personas; sin embargo el Centro para la Defensa de la Constitución (CEDECON), afirma que el impedimento se mantiene en tanto que la pareja presidencial está cometiendo un fraude a la Carta Magna. 
Pero para otros abogados penalistas, el divorcio presidencial va más allá del fraude y aseguran que el presidente y su esposa están incurriendo en graves violaciones a las leyes del país, entre ellos los artículos 322 y 381 del Código Penal, referidos a la falsedad ideológica y la violación a la Constitución. 
Para el pastor Vitalino Similox, secretario general del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, las implicaciones políticas de esta decisión personal de la pareja presidencial, hacen de ello un acto reprobable desde la perspectiva ética y moral, sobre todo porque ponen en entredicho la importancia de la familia y de toda una cadena de valores, por alcanzar el poder. 
En la misma línea se expresa el pastor Marco Antonio Rodríguez, ex presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala, quien calificó de inconcebibles, inauditas e inmorales las intenciones de este divorcio; “se burlan del pueblo!”, afirmó. 
Para la Iglesia católica esta decisión pone de manifiesto el amor al poder político, y tanto monseñor Alvaro Ramizzzini, de la Conferencia Episcopal de Guatemala, como Nery Rodenas, de la Oficina de Derechos Humanos del arzobispado, coincidieron en que se trata de una decisión personal, pero que es lamentable el ejemplo que tanto el presidente como la primera dama están dando. 
La cámara empresarial del país se pronunció también manifestando su preocupación por el daño que esta decisión genera al sistema político, y pidió a los políticos respeto a las instituciones, respeto a la familia y a los valores de la sociedad. 
Sandra Torres anunció su intención de participar como candidata presidencial el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y tres días después interpuso la demanda de divorcio que daría fin a ocho años de matrimonio. Durante el gobierno actual, Torres, además de dirigir la Secretaría de Obras Sociales del Presidente, se desempeñó como coordinadora del Consejo de Cohesión Social, bajo el cual se administran los programas de inversión social. 
Antes de conocerse la intención del divorcio presidencial, Álvaro Colom y políticos del oficialismo rechazaban tal cosa, y manifestaron que sería algo inmoral si ocurriese por buscar la presidencia para la primera dama. 
El rompimiento oficial ofrece una serie de argumentos de descalificación para la oposición política en la contienda electoral; para una buena parte de la población conservadora, es la oportunidad de reflexionar sobre los valores fundamentales de la sociedad; para otros, la oportunidad de mofarse de la situación diciendo: “que se alegre el presidente que el requisito no sea que ella fuera viuda”, pero para la mayoría no es más que otro recurso de quienes buscan el poder.     


http://www.alcnoticias.net/interior.php?codigo=19198&lang=687

23 de marzo de 2011

Metáfora 2 - Discipulado: De profesor a facilitador




No es una sorpresa para nadie decir que el actual modelo educativo se encuentra en crisis, de hecho, nace como una respuesta educativa a la revolución industrial y no necesariamente como un desarrollo de los paradigmas educativos de la época. El modelo de educación reinante en occidente, está basado en la transmisión de conocimiento y conceptos, aún cuando los cuales no necesariamente sean imprescindibles para la vida diaria o adulta. Podríamos filosofar y extender este debate, pero sólo quiero resaltar que es un modelo uni-direccional donde “el experto” (el profesor), vacía todo su “conocimiento” de la materia y unos “neófitos” (alumnos) quienes reciben todo este contenido, para que luego sean “examinados” mediante herramientas que miden el nivel de absorción de la materia impartida. Este proceso es repetido durante toda la vida escolar del alumno.
Si tan sólo viésemos este modelo en la escuela actualmente, no tendríamos que alarmarnos tanto, pero el problema radica en que, por lo general es este mismo modelo el que siguen muchos de nuestros ministerios juveniles; enfocados en la transmisión de conocimiento a nivel intelectual, dejando a un lado lo experiencial/experimental. Por utilizar conceptos del curso de formación de líderes de jóvenes Raíces, estos son conocimientos que no se transforman en convicciones y por ende tampoco en conductas.
Es por ello que necesitamos reflexionar acerca de cómo estamos educando a nuestros jóvenes y adolescentes, y aquí la metáfora que nos ayuda es la de pasar de ser un profesor para convertirnos en facilitadores del conocimiento. Es clara, la diferencia entro uno y otro. El profesor, como hemos dicho antes, da, imparte, la materia que él se ha preparado, sin embargo el facilitador, como su nombre lo indica, facilita, ayuda a que el aprendiz adquiera ese conocimiento. En cierto modo, el profesor es como un experto en arte, que imparte su conocimiento, mientras que el facilitador es más como un guía de museo, que muestra las obras y deja que el aprendiz descubra la belleza del arte por sí mismo.
Este debe ser, en mi humilde opinión, la lógica reinante detrás de nuestros acercamientos educativos. Dejar que el joven y el adolescente sean capaces de descubrir los rudimentos de la fe, bajo el acompañamiento de un facilitador o guía. Porque al final, como líderes de jóvenes, sólo somos colaboradores, y quien de verdad enseña, educa y da el crecimiento, es Dios.
Que nos ayude Dios a vernos y a ser jardineros fieles en su huerto.
Hasta una próxima entrega... (*)
Paz

Yván

(*) ...y espero que no pase tanto tiempo entre una y otra.
http://paralideresblog.blogspot.com/2011/03/metafora-2-discipulado-de-profesor.html

Metáfora 1 - Liderazgo: De Héroe a Humano, y de Humano a Siervo




“¡Más rápido que una bala! ¡Más poderoso que una locomotora! ¡Capaz de pasar edificios en un solo salto! ¡Arriba en el cielo! ¡Es un ave! ¡Es un avión! No, ¡Es Superman!"

Este era el comienzo de la que creo fue la serie más emblemática acerca del personaje de Superman* (fans de Smallville, no la toméis conmigo). Y desde entonces, las sagas de súper-héroes han cautivado a millones alrededor de todo el mundo. Los héroes han estado y siguen estado de moda en la televisión y el cine. El mundo editorial de los comics no existiría sin ellos. Y hoy son parte ya de nuestra cultura popular.
Sin embargo, aún cuando los héroes son parte de nuestro acervo cultural, estos no son los mismo de hace años. Vemos como se han llevado a la pantalla grande trabajos como Watchmen o El Caballero Oscuro, que muestran héroes no tan héroes, con problemas internos, actitudes no muy loables, culpas o incluso motivaciones no tan altruistas. Y es que los estudios cinematográficos saben que los héroes perfectos ya no venden, y por ello cada vez cuesta más ver en cartelera a este tipo de personajes.
Pues, esto que vemos en el mundo de los héroes, es un reflejo de nuestra sociedad, en la cual los héroes perfectos ya no son tan relevantes como se cree. Incluso en nuestras nuestras iglesias/grupos/comunidades, vemos como a los jóvenes ya no le es relevante este tipo de liderazgo. Y es que en el fondo, todos sabemos que detrás de la imagen de hombre de acero, siempre hay algún tipo de kriptonita que nos debilita.

Por ello, si este es tu planteamiento de liderazgo juvenil: el del héroe que todo lo sabe, que todo lo hace, que todo lo ve y al que todos deben seguir; déjame decirte que puede que no estés modelando el ministerio de Jesús.
Y es que Jesús, en quien reside toda la divinidad, caminó en este mundo como un ser humano igual a tí y a mí. Dios mismo se hizo hombre, se hizo ser humano, dejando todos sus privilegios a un lado para empatizar con nosotros, para mostrarnos el camino. Y no sólo Jesús fue humano, sino que vino a servir y no a ser servido. Humano y siervo. Carne y entrega. Sangre y servicio.
Nuestra impronta actual nos llama a modelar a Jesús de manera radical, a mostrar en nuestra labor y en nuestras vidas los valores que el mismo Jesús tenía: Humano y siervo.
Ni tú ni yo somos perfectos, y creo que ningún miembro de nuestros grupo espera que lo seamos, tan sólo que seamos coherentes con nuestra espiritualidad y con el llamado de seguir a Jesús.
Muévete de paradigma, vive la metáfora, deja de ser héroe y sé humano, y no sólo humano, sino siervo también. Recuerda que no estás solo, únete a otros en la “Liga de la Justicia*” del reino que viven como anti-héroes, amando, acompañando, potenciando, dando a otros de manera sacrificial. Te invito a formar parte de ella.
A luchar por la justicia!!!!*
Hasta una próxima entrega,

Yván
* Las Aventura de Superman 1951-1958.
* Liga de la Justicia. DC Comics.
* Frase célebre de la Liga de Justicia.

Metáforas para el cambio




Neo intuía que había algo más, que algo fallaba, pero por alguna razón le era imposible concretar el pensamiento, la emoción de lo que sentía. Por ello, luego de aquel mensaje en su ordenador: “sigue al conejo blanco”, su curiosidad le conduce a desear saber que es lo que está pasando en realidad. Luego de algunos eventos concatenados, y bajo el más estricto secretismo, Thomas A. Anderson finalmente se encuentra cara a cara con Morpheus. Es tal el cúmulo de preguntas que todas se reducen a una: ¿Qué es Matrix? Después de tomar la decisión (y una píldora roja) de ir hasta las últimas consecuencias para averiguarlo, Morpehus, utiliza una batería para explicarle el status quo de los seres humanos según el argumento de la película.
No pretendo entrar en este argumento, el de la película, aunque la recomiendo altamente. Lo que deseo es mostrar, como una metáfora es a veces mejor para explicar una realidad complicada o extensa. El uso de la metáfora siempre ha acompañado al ser humano en su camino hacia una mejor comunicación, y por ello guarda un poder especial para comunicar de manera directa, amena, imaginativa y creativa lo que queremos decir. Esto es exactamente lo que hizo Morpheus con Neo cuando le mostró la batería.
Pues en un mundo cada vez más complejo, y cada vez más sumido en cambios rápidos y discontinuos, el uso de la metáfora es un elemento de la narrativa, excelente para explicar la transición que debemos adoptar si deseamos que nuestra labor como líderes/pastores/discipuladores/maestros de jóvenes sea efectiva y tome cada vez la forma original y radical que debe tener: la de Jesús.
Por ello, esta serie consta de 7 entradas/posts que utilizan una simple metáfora para explicar un cambio al que creo debemos someter nuestra comprensión del ministerio juvenil. Estas metáfora estarán centradas en 7 aspectos básicos del mismo: Liderazgo, Espiritualidad, Discipulado, Fe, Evangelismo, Iglesia y Misión.
Acompáñame a explorar estas 7 metáforas, y descubrir como nos pueden ayudar a desarrollar nuestro ministerio juvenil.
...no olvides tomar la píldora roja