24 de marzo de 2011

Cuando de poder se trata, no hay amor ni matrimonio que aguante


Revuelo social tras anuncio de divorcio que faculta a primera dama como candidata presidencial

Mientras que la pareja presidencial y el partido oficialista lo presentan como un gran sacrificio de amor por seguir con los programas sociales iniciados en el actual Gobierno, la oposición ve el divorcio y la candidatura de la primera dama a la presidencia, como una burla. Mayra Rodríguez


Ciudad de Guatemala, jueves, 24 de marzo de 2011

La noticia, hecha pública esta semana aquí, es catalogada e burla al espíritu constitucional por parte de la oposición a la actual administración del país, cuando dicha aspiración se hizo pública el pasado 11 de marzo con la apertura del expediente 1058-2011-324, asignado a la juez Mildred Roca Barillas en el organismo judicial.

Tras ratificar la solicitud del divorcio ayer en el Juzgado Segundo de Familia, este ente suspendió el vínculo matrimonial entre Sandra Torres, primera dama de la nación y Álvaro Colom, presidente de la República, y fijó el 1ro de abril como plazo para que la juez a cago resuelva, definitivamente. 
El anuncio de divorcio ha desatado los más variados comentarios y pasiones entre la población guatemalteca que, en su mayoría, rechaza esta acción por creer que se trata de una medida soez para permanecer en el poder, buscando sortear la prohibición constitucional que impide optar a la presidencia a parientes del presidente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, según el artículo 186 de la Constitución Política. 
En un mensaje difundido desde ayer por la primera dama, explica que el amor entre ella y el presidente es más sólido que nunca, pero que tomó la difícil decisión de divorciarse debido a los innumerables ataques hacia su persona, afectando su dignidad como mujer y madre de familia, y para acabar con la falta de argumentos de quienes se oponen a su proyecto político y que pretendían que su trabajo se limitara a mera figura decorativa dentro del gobierno actual. 
El Tribunal Supremo Electoral estableció que con este divorcio, la precandidata oficial no tendría ningún impedimento para participar en la contienda electoral de septiembre próximo, pero que esto se concretará cuando la inscripción de la separación legal se haga en el Registro Nacional de las Personas; sin embargo el Centro para la Defensa de la Constitución (CEDECON), afirma que el impedimento se mantiene en tanto que la pareja presidencial está cometiendo un fraude a la Carta Magna. 
Pero para otros abogados penalistas, el divorcio presidencial va más allá del fraude y aseguran que el presidente y su esposa están incurriendo en graves violaciones a las leyes del país, entre ellos los artículos 322 y 381 del Código Penal, referidos a la falsedad ideológica y la violación a la Constitución. 
Para el pastor Vitalino Similox, secretario general del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, las implicaciones políticas de esta decisión personal de la pareja presidencial, hacen de ello un acto reprobable desde la perspectiva ética y moral, sobre todo porque ponen en entredicho la importancia de la familia y de toda una cadena de valores, por alcanzar el poder. 
En la misma línea se expresa el pastor Marco Antonio Rodríguez, ex presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala, quien calificó de inconcebibles, inauditas e inmorales las intenciones de este divorcio; “se burlan del pueblo!”, afirmó. 
Para la Iglesia católica esta decisión pone de manifiesto el amor al poder político, y tanto monseñor Alvaro Ramizzzini, de la Conferencia Episcopal de Guatemala, como Nery Rodenas, de la Oficina de Derechos Humanos del arzobispado, coincidieron en que se trata de una decisión personal, pero que es lamentable el ejemplo que tanto el presidente como la primera dama están dando. 
La cámara empresarial del país se pronunció también manifestando su preocupación por el daño que esta decisión genera al sistema político, y pidió a los políticos respeto a las instituciones, respeto a la familia y a los valores de la sociedad. 
Sandra Torres anunció su intención de participar como candidata presidencial el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y tres días después interpuso la demanda de divorcio que daría fin a ocho años de matrimonio. Durante el gobierno actual, Torres, además de dirigir la Secretaría de Obras Sociales del Presidente, se desempeñó como coordinadora del Consejo de Cohesión Social, bajo el cual se administran los programas de inversión social. 
Antes de conocerse la intención del divorcio presidencial, Álvaro Colom y políticos del oficialismo rechazaban tal cosa, y manifestaron que sería algo inmoral si ocurriese por buscar la presidencia para la primera dama. 
El rompimiento oficial ofrece una serie de argumentos de descalificación para la oposición política en la contienda electoral; para una buena parte de la población conservadora, es la oportunidad de reflexionar sobre los valores fundamentales de la sociedad; para otros, la oportunidad de mofarse de la situación diciendo: “que se alegre el presidente que el requisito no sea que ella fuera viuda”, pero para la mayoría no es más que otro recurso de quienes buscan el poder.     


http://www.alcnoticias.net/interior.php?codigo=19198&lang=687

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