1. Saludamos que nuestro país vuelva a celebrar un proceso electoral que nos garantiza la continuidad de la democracia y la afirmación de una sociedad que libremente elige a sus autoridades. Exhortamos por ello al gobierno central a garantizar un proceso electoral limpio, transparente y democrático.
2. Demandamos que la mentira, las medias verdades y las promesas irrealizables, sean desterradas completamente del lenguaje y de la práctica política en nuestro país. En tal sentido, exhortamos a todos los candidatos a comprometerse públicamente a cumplir sus promesas electorales y a no defraudar a quienes confiaron en sus palabras (Jn. 8:31-32; 36; Ec. 5:5; Mi. 6:8).
3. Construyamos un país en el cual se respeten los derechos que, en una democracia, les asiste a los ciudadanos y ciudadanas, como el de ejercer libremente y en justicia sus creencias, el derecho a la vida, a una educación de calidad, a un trabajo y a una vivienda digna. Procuremos ser una nación en la que se valore y se respete el papel de la familia como célula básica de la sociedad (Rom. 13:1-7; 1 P. 2:17; Hch. 4:19; 5:29; Prov. 29:14).
4. Exigimos que la verdad y la justicia no sean menoscabadas para favorecer la corrupción y la impunidad. Invocamos, en ese sentido, a las nuevas autoridades que han de ser elegidas que cumplan y hagan cumplir los principios constitucionales y los dispositivos legales vigentes, antes que quebrantar la justicia y el derecho, dos de los pilares fundamentales que garantizan una sana convivencia democrática. Vigilemos el desempeño de las autoridades para asegurarnos que se respete y fortalezca la institucionalidad democrática (Mt. 6:33; Prov. 21:3; Sal. 128:1; 1 Co. 4:2).
5. Aclaramos que los ciudadanos evangélicos, que postulan como candidatos al Congreso, lo hacen en el ejercicio de su derecho ciudadano, y no en representación de la comunidad evangélica, ni por los cargos que hayan desempeñado en sus organizaciones eclesiásticas. Demandamos que no se use indebidamente el nombre de la iglesia evangélica para conseguir respaldo electoral.
Rogamos al Señor de la vida que este proceso electoral nos permita elegir a los líderes que conducirán a nuestra nación en paz, con justicia, libertad, respeto y solidaridad y que la gracia de Dios esté siempre con aquellos que obren con justicia y en verdad.
Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz (Números 6.24-26)
Lima, 18 de marzo del 2011
Asamblea General del CONEP
http://www.concilionacionalevangelico.org/
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